En lo que respecta a la privación de la experiencia sensorial como herramienta, para lograr tener una experiencia mística, es importante comentar que esta tendría su origen varios siglos atrás, en unas estructuras llamadas dolmen, que se construyeron en diversas partes del mundo, y así como en la antigua Grecia, y en este caso nos referiremos a Platón, que de acuerdo a la historia, solía internarse por días en cuevas muy oscuras y silenciosas, para aislarse de la estimulación externa, logrando así despertar su sentidos internos, y alcanzar el autoconocimiento, a través de la experiencia mística.
En la esfera del vacío, se puede crear un ambiente sumamente adecuado para practicar la meditación, que nos permitiese alcanzar un estado alterado de consciencia, mediante el aislamiento de cerca del 95% de los sonidos ambientales externos, logrando así, un distorsión de percepción espacial, además, mediante una jaula de Faraday esférica, obtendríamos un aislamiento electromagnético, bloqueando toda interferencia de ondas de este tipo en el cerebro, y en conjunto con la oscuridad total, detendríamos la estimulación del sentido de la vista, provocando la perdida de percepción del tiempo; si dejamos de estimular estos dos sentidos de orientación tiempo-espaciales en el humano, y al mismo tiempo permitimos al cerebro estar libre de invasiones electromagnéticas artificiales, podríamos propiciar una distorsión en la percepción del tiempo y del espacio, teniendo el espacio vacío suficiente para acceder al subconsciente y así la posibilidad de ir más allá de la tercera dimensión, estimulando una experiencia mística, que podría tener un valor espiritual y sanador muy profundo, a nivel, cuerpo, mente y alma, sin la necesidad de usar ningún tipo de sustancia.
Tratando de analizar adecuadamente lo anterior, contrastando con la información de investigaciones recientes realizadas en humanos, en entornos como la cámara anecoica y jaulas de Faraday, podemos exponer, que la ausencia de estimulación de los sentidos del oído y de la vista, y además aislando al individuo de frecuencias electromagnéticas invasivas, como ondas de radio, televisión, internet, etc., se puede lograr una reorientación de la observación del campo externo al interno, y asi modificar la percepción tiempo-espacial, aunada a una distorsión en la percepción de la tridimensionalidad, alterando de este modo la frecuencia y química cerebral, logrando establecer con ello un funcionamiento distinto del cerebro, activando la glándula pineal y el circuito resonante del corazón, para que dicho individuo pueda mediante el intercambio de información en el campo cuántico, tener una experiencia mística.
Muy interesante artículo, no puedo esperar a ver echa realidad la esfera del vacío y tener esa experiencia. Abrazo cuántico.
Muchas gracias Jesus, es todo un reto en un gran proyecto de ingenieria de apoyo al despertar de la consciencia, pero confiamos en que el universo nos ayudara a concretar todo lo necesario para materializar este sueño.